Hace pocos días regresamos de nuestro viaje fotográfico a Menorca. Un viaje a esta isla hermana, especialmente generosa y fotogénica.
Delicadas medusas parecen levitar sobre el agua transparente.
Dibujos creados por las olas sobre la arena rojiza de Menorca.
Hemos visitado diferentes zonas del norte, sur y este de la isla en tres días intensos, de paseos, buen rollo y muchas oportunidades fotográficas.
Las piedras son motivos fotográficos imprescindibles en esta isla. El tratamiento en blanco y negro destaca sus formas y texturas.
En Mahón hemos descubierto que hay buenos hoteles y buenos restaurantes (aunque no todos...). Pero sobre todo hemos reído mucho, hemos comido muy bien y, sobre todo, hemos practicamos la fotografía entre un grupo de personas especialmente agradable y a los que quisiera, desde aquí, dar las gracias por su participación y el buen ambiente que han creado.
Siempre vale la pena madrugar para contemplar el inicio del día.
Nuestra querida Mallorca, vista desde un centenar de kilómetros.
Volveremos el año que viene, vale la pena. Espero que podáis acompañarnos.
Hasta pronto.